Tuesday, September 23, 2014

Deseo - Un Trayecto A La Plenitud

aprender a andar por la fe, andar por la fe
En el e-mail anterior de "Trayecto a la Plenitud" concluyó con “Que es más” y “como recibimos más”.  Aquí empezamos a mirar cosas que probablemente hemos escuchado antes.  La diferencia sería en nuestro enfoque.  Flexionaremos nuestros músculos un poco.  Aguzaremos nuestros ojos.  Intentaremos mirar más allá de este mundo telestial y reconocer lo que nos espera más adelante en el camino.  


Antes de mirar específicamente esas cosas que se quedan más adelante en el camino, es importante aceptar dos verdades vitales.  Una verdad es que, estas cosas están disponibles en esta vida.  Si no crees esta verdad, no lees las escrituras.  Y si lees las escrituras pero no crees estas verdades, entonces no crees las escrituras que lees.  Ellas testifican osadamente de esta verdad.


La otra verdad es que hay una diferencia entre creer EN algo y creer algo.  Hay una diferencia entre creer las escrituras y creer EN las escrituras.  Para creer EN las escrituras es creer que es escritura sagrada, sagrado y una expresión de la voluntad y amor de Dios grabado mediante la mano y registros de los profetas.  No obstante, el creerlas, es reconocer las promesas, bendiciones, advertencias y maldiciones que se encuentran en sus páginas, siempre aplicándolas a ti mismo.  A fin de que cuando leemos DyC 93:1, no tan solo creemos EN las escrituras...sino creamos las escrituras.


“De cierto, así dice el Señor: Acontecerá que toda alma que deseche sus pecados y venga a mí, invoque mi nombre, obedezca mi voz y guarde mis mandamientos, verá mi faz y sabrá que yo soy; “ (DyC 93:1)


La mayoría de nosotros (los que leerán esto) creer EN el Señor.  Pero, la pregunta que ahora debemos hacernos a nosotros mismos es “Creo yo el Señor”.


¿Crees tú?  ¿Crees tú que es posible que veas su rostro y saber que Él es?


Esta parte no es opcional.  Debe creerlo.  Él no miente.  


“Y yo, Enós, sabía que Dios no podía mentir; por tanto, mi culpa fue expurgada.”  (Enós 1:6)


A fin de desechar nuestros pecados, venir a Él, invocar Su nombre, obedecer Su voz, guardar Sus mandamientos, tenemos que creerLo...para que veamos Su faz y CONOZCAMOS que Él es.


El creer EN Cristo trae potencial en abundancia.  El CreerLo a Cristo empieza a que se manifieste el potencial.  


Dos principios distintos.  Debemos empezar a creerLo ya que creemos EN Él.


Entonces, te has decidido que Lo crees pero no estás convencido de que estas cosas deben de ocurrir en esta vida.  Estás satisfecho con la idea de que estas cosas ocurrirán en la vida venidera.  Reconoces que pueden ocurrir en esta vida pero tales cosas no son necesarios.  A ti te digo “ok”.  Sin embargo, reconozco que si estas cosas no están ocurriendo en nuestras vidas es por causa de la incredulidad y no porque Dios está reteniendo la luz del cielo hasta que pasemos por mortalidad.


“He aquí, os digo que no; porque es por la fe que se obran milagros; y es por la fe que aparecen ángeles y ejercen su ministerio a favor de los hombres; por tanto, si han cesado estas cosas, ¡ay de los hijos de los hombres, porque es a causa de la incredulidad, y todo es inútil!” (Moroni 7:37)


Para  aquellos de mis hermanos y hermanas quienes han participado en el ceremonia de la investidura en el templo, permítanme recordarles del delantal que llevan puesto.  Mediten, si se quiere, si este delantal no es un símbolo de su libre albedrío y mortalidad.  Y si lo es, ¿poseen este delantal por toda la ceremonia mientras participen en ella?  


Estas bendiciones son para esta vida.  No se limitan para la vida venidera.  No deba de tratarse estas bendiciones como algo que recibimos después de perseverar hasta el fin de la mortalidad.  El Señor promete estas bendiciones para nuestra vida mortal.  El explica el patrón y requisitos.  Las escrituras contienen el testimonio de individuos que han recibido estas cosas.  No las rechaces.


Bueno, basta con la introducción a “más”.  Miremos lo que “más” es.


Aquí está una breve e incompleta lista de un poco “más”.

-Sueños (1 Nefi 2:2)

-Visiones (JS-H 1:24)

-Ángeles ministrantes (Moroni 10:14)

-Deseos del corazón concedido (1 Nefi 11:10)

-El Padre y el Hijo hacen morada contigo (Juan 14:23)

-Comunicarse (comunión) con la asamblea general e iglesia del Primogénito (DyC 107:19)


Hay muchas más cosas podemos agregar a la lista.  Cuando lees las escrituras, presta atención a lo que estos individuos  experimentan cuando al interactuar con cielo.  Esas son cosas que van a la lista de “más”.  La cosa simple es, Dios interactúa con Sus hijos a nivel personal.  Aprendiendo a comunicarte con Él es un desafío a igual que un infantil aprende a comunicarse con los padres es un desafío.  A veces todo lo que podamos hacer es llorar.  Pero esos llantos son escuchados.  Gracias a Dios que nuestros llantos son escuchados.  Pero la comunión verdadera involucra un tipo de comunicación en la cual almas hablan el mismo idioma.  Se requiere un esfuerzo para acordarse de este idioma.  El tiempo es necesario.  El sacrificio y la obediencia se necesitan para hacer la comunión debidamente.  


Puede ocurrir.  Para algunos, OCURRE.  Todos Los Días.


¿Dónde empieza? Empieza por el DESEO.


“Y sucedió que yo, Nefi, siendo muy joven todavía, aunque grande de estatura, y teniendo grandes deseos de conocer los misterios de Dios, clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me visitó y enterneció mi corazón, de modo que creí todas las palabras que mi padre había hablado; así que no me rebelé en contra de él como lo habían hecho mis hermanos.”  (1 Nefi 2:16)   


Nefi alude a la posibilidad de no creer las palabras de su padre.  Pero tenía un deseo para CONOCER.  Por causa de ese deseo clamó al Señor.  


¿Conocemos lo que son “grandes deseos”?


¿Conocemos que significa “clamar al Señor”?


No están satisfechos estos deseos por las cosas vanas de este mundo.  Podemos distraernos.  Podemos estar contentos y ser atado por las cadenas de la incredulidad, pero profundamente dentro de nosotros es un anhelo.  Queremos VER.  Queremos PALPAR.  Queremos ESCUCHAR.  Queremos CONOCER.  Deseamos más luz y conocimiento…. aún cuando no lo sabemos.  Hay una porción de nuestra alma que constantemente mira hacia los cielos y desea… más.


Nefi tenía ese deseo por más.  El llamaba “más”, “los misterios de Dios”.  Fue un “grande” deseo.  Lo impulsó a “clamar al Señor”.  Cuando esta tipo de condición está presente, los cielos se fijan.


“... y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo;”  (Moroni 10:4)


“Después de apartarme al lugar que previamente había designado, mirando a mi derredor y encontrándome solo, me arrodillé y empecé a elevar a Dios el deseo de mi corazón. “  (JS-H 1:15)


En esta etapa permitimos que nuestros corazones se ablanden.  Si no lo hacemos, nos encontraremos con la menor porción.  


“, por tanto, el que endurece su corazón recibe la menor porción de la palabra; y al que no endurece su corazón le es dada la mayor parte de la palabra, hasta que le es concedido conocer los misterios de Dios al grado de conocerlos por completo.  


Y a los que endurecen sus corazones les es dada la menor porción de la palabra, hasta que nada saben concerniente a sus misterios; y entonces el diablo los lleva cautivos y los guía según su voluntad hasta la destrucción. Esto es lo que significan las cadenas del infierno.”  (Alma 12:10-11)


Si queremos “más”, deseamos lo que Nefi llama los “misterios de Dios”.  Para conocer los misterios de Dios no debemos endurecer nuestros corazones.  Observa como Nefi menciona que su corazón fue enternecido de modo que “creí todas las palabras que mi padre había hablado”


El recibir “más” empieza con deseo.  El patrón que las escrituras nos describen para obtener lo que deseamos es:


-Deseo


-Creencia


-Fe


-Conocimiento


Cada punto contiene más detalles.  Pero esto es el patrón.  En el caso de este mensaje, “deseo” es sincero.  Es verdadera intención.  Es el deseo en el que se fijan los cielos.

Próximo miraremos creencia.  Descreencia, incredulidad y creencia.  Estas creencias determinarán de que obtenemos conocimiento. 




 (Escrito por Jeremy, Y Traducido por buenmormonismo)

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