Friday, March 16, 2018

Santificación

Santificación

El bautismo de fuego y el Espíritu Santo es para la santificación. Se hace sobre el cuerpo y el Espíritu dentro de ti. El trabajo de este "bautismo de fuego" es siempre santificación. Trae al receptor un mayor contacto con Dios. El fin de ese contacto creciente es recibir al Hijo, a través de cuya sangre estás santificado. (Moises 6:59,60). Cuando seas santificado, estás preparado para la presencia del Padre. (Alma 45:16, 1 Nefi 10:21). Es la compañía del Espíritu lo que te justifica, al dirigirte a hacer lo correcto. Es la aplicación resultante de la sangre de Cristo para tu beneficio lo que te santificará. (Moisés 6:60). No puedes recibir la santificación sin antes recibir el bautismo y luego también el Espíritu Santo. En efecto, recibes la santidad a través del poder santificador del Santo Espíritu. Esto a cambio hace que su propio espíritu sea sagrado o santo. El hombre no es digno de entrar en la presencia de Dios, y por lo tanto, requiere un poder superior al suyo para tomar prestada la pureza. Este agente purificador es el Espíritu Santo. (3 Nefi 19:19-30). Cristo administrará los ritos finales y conferirá las bendiciones finales solo a los puros. (3 Nefi 19: 24 - 36). La referencia a "sangre" como santificación es una referencia al Señor. (Moisés 6: 56-63)Solo él puede santificar. Cristo nos santifica, no nos santificamos a nosotros mismos. Para ser purificado. Ser santificado por el Cordero, quitándote de ti y tomando sobre si mismo la responsabilidad de responder por las fallas que tengas. Esto no es pureza ritual. Esto es pureza de hecho. Ser santificado es ser calificado para estar en la presencia de Dios sin pecado. Limpio de toda sangre y pecado - justo por siempre. Tal es de Cristo, y Cristo es del Padre, y todo lo que cada uno de ellos será es lo mismo; porque lo veremos tal como es, porque seremos semejantes a él. Ser como Él es ser santificado.

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