La razón
por la que "confesión" del pecado es requerido, es para liberar a la
víctima. (D & C 58: 43. “Por esto podréis saber si un hombre se arrepiente
de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará.”) Confesión roba el
acusador de su poder para acusar. (Rev. 12: 10. “Y oí una gran voz en el cielo
que decía: Ahora han venido la salvación, y el poder, y el reino de nuestro
Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos ha
sido arrojado, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.”) Los
pecados que se cometen en privado se confiesan en privado y los pecados que se
cometen en publico se confiesan en publico.
Una vez que los pecados de Alma y
más jóvenes y los hijos de Mosíah fueron conocidos, confesado y público porque cometieron
esos pecados en publico, los pecados ya no tenían ningún control sobre ellos. No
se avergonzaban por estos pecados porque confesando y admitiendo que eran
pecadores quito el pecado de su poder. Del mismo modo, la admisión del Apóstol
Pablo de su pasado pecaminoso le permitió pasar a aceptar y celebrar la gracia
de Dios. (1 Tim. 1: 12-16 “12 Y doy gracias al
que me fortaleció, a Cristo Jesús, nuestro Señor, porque me tuvo por fiel y me
puso en el ministerio,13 aun habiendo sido yo
antes blasfemo, y perseguidor e injuriador; pero recibí misericordia, porque lo
hice por ignorancia, en incredulidad. 14 Pero
la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en
Cristo Jesús.15 Palabra fiel y digna de plena
aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de
quienes yo soy el primero.16 Pero por esto fui
recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí, el primero, toda
su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.).
Hay poder en la confesión. Pone el
confesor por encima de su pecado. (Santiago 5: 16.” Confesaos
vuestras faltas unos a otros y orad los unos por los otros, para que seáis
sanados; la oración eficaz del justo puede mucho.”) Confesamos para celebrar la
gran liberación de Dios de nosotros. Todos somos débiles. Es parte de adorarlo.
(D & C 59: 12. “ pero recuerda que en este,
el día del Señor, ofrecerás tus ofrendas y tus sacramentos al Altísimo,
confesando tus pecados a tus hermanos, y ante el Señor.”) Esta es la razón por
el testimonio de la redención de Dios por Alma, hijo, incluida la confesión de
sus propios pecados. (Alma 36: 6, 12-14 “6 Porque
yo andaba con los hijos de Mosíah, tratando de destruir la iglesia de Dios; mas
he aquí, Dios envió a su santo ángel para detenernos en el camino. 12-14” 12 Pero me martirizaba un tormento
eterno, porque mi alma estaba atribulada en sumo grado, y atormentada por todos
mis pecados.13 Sí, me acordaba de todos mis
pecados e iniquidades, por causa de los cuales yo era atormentado con las penas
del infierno; sí, veía que me había rebelado contra mi Dios y que no había
guardado sus santos mandamientos.14 Sí, y había
asesinado a muchos de sus hijos, o más bien, los había conducido a la
destrucción; sí, y por último, mis iniquidades habían sido tan grandes que el
solo pensar en volver a la presencia de mi Dios atormentaba mi alma con
indecible horror.” ).
Los que
dicen que son hombres santos, sin pecado, y de ese modo cubrir sus debilidades,
mientras que el cortejo el elogio y la admiración de los demás, no tienen
ninguna verdad en ellos. (1 Juan 1: 8” No era [Juan] la luz, sino que vino para
dar testimonio de la luz.”) Pero si confesamos que somos pecadores y débiles, Dios
es fiel para perdonarnos. (1 Juan 1: 9”[Cristo] era la
luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.”)
La libertad
del pecado sólo puede venir a través de la admisión de su naturaleza
pecaminosa. Cuando confesamos,
Él perdona. (D & C 64: 7. “no obstante, él ha pecado; mas de cierto os
digo, que yo, el Señor, perdono los pecados de aquellos que los confiesan ante mí y piden perdón, si no han pecado de muerte.”)
“14 Porque
si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre Celestial; 15 mas si no
perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre tampoco perdonará vuestras
ofensas.”
Cristo perdonó los pecados durante su
ministerio mortal. (Marcos
2:. 5-12 “Y al ver
Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los
cuales, pensando en sus corazones,7 decían: ¿Por
qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados,
sino solo Dios. 8 Y conociendo al
instante Jesús en su espíritu que pensaban así dentro de sí mismos, les dijo:
¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones?9 ¿Qué
es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle:
Levántate, y toma tu lecho y anda?10 Pues para
que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados
(dijo al paralítico):11 A ti te digo:
¡Levántate!, y toma tu lecho y vete a tu casa.12 Entonces
él se levantó enseguida y, tomando su lecho, salió delante de todos, de manera
que todos se asombraron y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal
cosa.”) Cristo perdona los
pecados en su ministerio actual. (D
& C 61: 2” He aquí, de cierto os dice el Señor,
oh élderes de mi iglesia que os habéis congregado en este lugar, cuyos pecados
ahora os son perdonados, porque yo, el Señor, perdono los pecados y soy
misericordioso con aquellos que los confiesan con corazones humildes;”)
Cristo puede permitir que los hombres poseen el poder de perdonar los pecados, como en el caso de Joseph Smith (D & C 132: 46 “46 Y de cierto, de cierto te digo que lo que sellares en la tierra será sellado en los cielos; y lo que atares en la tierra, en mi nombre y por mi palabra, dice el Señor, será eternamente atado en los cielos; y los pecados de cualquier persona que remitas en la tierra, serán eternamente remitidos en los cielos; y los pecados de cualquier persona que retengas en la tierra, serán retenidos en los cielos.”), pero que tiene límites definidos. Los hombres se dan tanto poder porque nunca lo usarán de forma independiente de la voluntad del Señor. (Helamán 10: 5. “ 5 Y porque has hecho esto tan infatigablemente, he aquí, te bendeciré para siempre, y te haré poderoso en palabra y en hecho, en fe y en obras; sí, al grado de que todas las cosas te serán hechas según tu palabra, porque tú no pedirás lo que sea contrario a mi voluntad.”) Raras veces nos encontramos con personas tales como José Smith o Nefi que tiene este poder. Incluso los que se permitirá a "juzgar" a otros en el juicio final, no van a tener vía independiente, sino que debe anunciar el juicio de Cristo, no es la suya. (3 Ne. 27: 27. “ 27 Y sabed que vosotros seréis los jueces de este pueblo, según el juicio que yo os daré, el cual será justo. Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy.”)
El único que puede perdonar el pecado es Cristo. Se requiere que perdonarnos unos a otros, pero solo El mismo determinará cuyos pecados Él perdonará. (D & C 64: 10. “Yo, el Señor, perdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres.”) Es el único guardián de perdón y la puerta. (2 Ne. 9: 41. “sí pues, amados hermanos míos, venid al Señor, el Santo. Recordad que sus sendas son justas. He aquí, la vía para el hombre es angosta, mas se halla en línea recta ante él; y el guardián de la puerta es el Santo de Israel; y allí él no emplea ningún sirviente, y no hay otra entrada sino por la puerta; porque él no puede ser engañado, pues su nombre es el Señor Dios.”)
Si cree que el líder de la iglesia está en sintonía con la voz del Señor y se puede dar consuelo, estímulo para venir a Cristo, y ayudar a guiarlo en el camino, entonces el consejo con un hombre así vale la pena, pero no puede nunca perdonar pecados, para tal usted está obligado a mirar hacia el Señor únicamente.
Cristo puede permitir que los hombres poseen el poder de perdonar los pecados, como en el caso de Joseph Smith (D & C 132: 46 “46 Y de cierto, de cierto te digo que lo que sellares en la tierra será sellado en los cielos; y lo que atares en la tierra, en mi nombre y por mi palabra, dice el Señor, será eternamente atado en los cielos; y los pecados de cualquier persona que remitas en la tierra, serán eternamente remitidos en los cielos; y los pecados de cualquier persona que retengas en la tierra, serán retenidos en los cielos.”), pero que tiene límites definidos. Los hombres se dan tanto poder porque nunca lo usarán de forma independiente de la voluntad del Señor. (Helamán 10: 5. “ 5 Y porque has hecho esto tan infatigablemente, he aquí, te bendeciré para siempre, y te haré poderoso en palabra y en hecho, en fe y en obras; sí, al grado de que todas las cosas te serán hechas según tu palabra, porque tú no pedirás lo que sea contrario a mi voluntad.”) Raras veces nos encontramos con personas tales como José Smith o Nefi que tiene este poder. Incluso los que se permitirá a "juzgar" a otros en el juicio final, no van a tener vía independiente, sino que debe anunciar el juicio de Cristo, no es la suya. (3 Ne. 27: 27. “ 27 Y sabed que vosotros seréis los jueces de este pueblo, según el juicio que yo os daré, el cual será justo. Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy.”)
El único que puede perdonar el pecado es Cristo. Se requiere que perdonarnos unos a otros, pero solo El mismo determinará cuyos pecados Él perdonará. (D & C 64: 10. “Yo, el Señor, perdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres.”) Es el único guardián de perdón y la puerta. (2 Ne. 9: 41. “sí pues, amados hermanos míos, venid al Señor, el Santo. Recordad que sus sendas son justas. He aquí, la vía para el hombre es angosta, mas se halla en línea recta ante él; y el guardián de la puerta es el Santo de Israel; y allí él no emplea ningún sirviente, y no hay otra entrada sino por la puerta; porque él no puede ser engañado, pues su nombre es el Señor Dios.”)
Si cree que el líder de la iglesia está en sintonía con la voz del Señor y se puede dar consuelo, estímulo para venir a Cristo, y ayudar a guiarlo en el camino, entonces el consejo con un hombre así vale la pena, pero no puede nunca perdonar pecados, para tal usted está obligado a mirar hacia el Señor únicamente.
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